lunes, 20 de abril de 2015

Conocimiento y libertad

No lo recuerdo; pero, como en tantas otras cosas, me imagino que se llega a la comprensión de lo que significa la prostitución porque algún compañero lo explica, y habla de calles y de situaciones; o se deduce de lo visto en el cine y la televisión. Pudiera ser que se llegue al conocimiento por la curiosidad puesta en el significado de una “palabrota” tan fea, pero al alcance en cualquier simple diccionario, o en el interés por conocer el significado del grave insulto de desprecio superlativo. Más difícil de creer es que los padres y los educadores informaran de ello de la misma forma que lo hacen con otros aspectos de la vida. El caso es que el hecho de que existan relaciones sexuales mediante contraprestación económica no es algo que se haya podido ocultar y forma parte de las costumbres sociales.
Cuando se habla de legalización de la prostitución, más bien lo que se quiere decir es que dicha actividad deje de formar parte de la economía sumergida. La intención es perfectamente válida. El intercambio de bienes y servicios mediante la correspondiente remuneración debe ajustarse a la normativa fiscal. Que se consiga es otra cuestión. Se podrá tener mayor control en el caso de establecimientos dedicados a ello, con la emisión de las correspondientes facturas. Más difícil sería conseguirlo si el hecho económico se realiza en lugar privado, pongamos una vivienda, y como acto particular. Pero tendríamos la misma situación que cuando el fontanero no te hace factura. Tendrá que ser la inspección de Hacienda la que, basándose en signos externos o a través de denuncia, investigue la posibilidad de fraude. Siempre se puede hacer una campaña a través de los medios de comunicación.
Dentro de la libertad de las personas debe estar la de comerciar con su cuerpo, entendiendo que siempre existen muchos condicionantes y que nunca somos totalmente libres, en el sentido más filosófico. También en la prostitución hay clases y a pesar de la mala consideración que, en general, tiene esa actividad, si se  realiza en viviendas lujosas, se lleva a cabo por personas sofisticadas y el precio es alto, la persona que la ejerce puede llegar a estar bien considerada y ser influyente.
Aunque se lograse transformar la prostitución en una actividad controlada fiscalmente, siempre existirá la posibilidad de actuación para el crimen organizado y los explotadores de personas; por tanto habría que seguir luchando para eliminar esa forma de prostitución.
La necesidad económica, que puede incluir situaciones míseras, son un menoscabo de la libertad y por tanto el ejercicio de la prostitución no sería una situación aceptable para las personas que la ejercen. Los poderes públicos tienen la obligación de facilitar a la población una vida digna para que no tengan que recurrir a una forma de encontrar el sustento que les parezca degradante. En este caso, como en otros, disponer de unos recursos mínimos facilitados por la comunidad que permitan cubrir las principales necesidades  a todos los residentes de un país no sería más que un acto de justicia y de cohesión social.
Oscurantismo, represión e ignorancia facilitan una visión de la sexualidad negativa, produciendo, en muchas ocasiones, discriminación, relaciones de sometimiento y conductas inadaptadas que pueden atentar contra la integridad física y moral de las personas. La educación sexual es necesaria para conseguir relaciones de respeto, salud y felicidad.