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miércoles, 16 de marzo de 2016

Tarde en el Ateneo de Madrid

La semana pasada el Ateneo de Madrid organizó un encuentro sobre terrorismo y Derechos Humanos. Para ello la veterana institución cultural contó con expertos pertenecientes a ONGs  y con miembros de estamentos judiciales españoles. Por lo interesante del tema y porque las ideas que se expusieron merece la pena conocerlas me he tomado la libertad de realizar un resumen de las intervenciones.
En primer lugar se señaló que el terrorismo es lo contrario a los Derechos Humanos porque es imponer las ideas con violencia, pero que no procede responder a esa violencia con más violencia. Y, desde el punto de vista de los jueces, es importante que no se vea a los terroristas como enemigos, puesto que los servidores de la justicia no combaten, solo aplican el ordenamiento judicial. Este ordenamiento, se dijo, depende de los legisladores y es muy importante que los ciudadanos actúen con responsabilidad a la hora de elegir a sus representantes políticos.
También se destacó, en este acto, la relatividad del concepto de terrorismo, ya que puede variar en el tiempo en función de una situación concreta. Criticando, más adelante, la definición de terrorismo en la actual legislación española por ser poco precisa (poniendo esta afirmación en boca de “expertos”), señalando que, en ocasiones, hay legislaciones que permiten imputar por terrorismo a capacidades de actuar, al visionado de vídeos con actos terroristas o a informarse sobre atentados o sobre ideología de grupos violentos. Esto puede llevar, se dijo, a criminalizar el humor negro y los comentarios descontextualizados. Añadiendo: los procedimientos procesales extraordinarios hacen más fáciles los malos tratos y las torturas; los jueces son garantía ante el uso de ciertos recursos, pero en ocasiones se ven desbordados en el  control de los servicios de inteligencia, con sistemas “no muy distintos al de Rusia”. Abundando en ello, se afirmó que no nos debe dejar indiferentes que se controlen las comunicaciones de las personas porque no se debe pagar el precio de los Derechos Humanos para combatir al terrorismo.
Más adelante se comparó la respuesta a los atentados del 11S en Estados Unidos y los más recientes de París frente a los atentados del 11 de marzo en Madrid para afirmar que en España primó el respeto a los Derechos Humanos, mientras que en  otros casos se prefirió una respuesta violenta, olvidando el derecho, interceptando comunicaciones incluso de aliados, o respondiendo con bombardeos. Se pusieron como ejemplo las circunstancias de Afganistán, Irak o Libia, donde se ha ido a peor.
La experiencia ante terroristas yihadistas sirvió para poner de manifiesto que este tipo de terrorismo requiere adoctrinamiento y preparación ideológica con importantes aparatos de captación y propaganda, siendo una de sus características la exaltación de supuestos agravios de Occidente, y que las respuestas violentas y al margen del derecho, “como Guantánamo”, generan más violencia.
Durante este acto se lamentó la limitación, desde el año 2014, de la jurisdicción universal, porque era una buena forma de combatir al terrorismo.
 El dirigente de la ONG que lucha por los Derechos Humanos, participante en el encuentro,  dio una mala noticia: “la potenciación de los Derechos Humanos en el mundo está en peligro. La acción deliberada de los gobiernos la hace peligrar”. Puso como ejemplos del deterioro de los Derechos Humanos: las restricciones al derecho de libertad de expresión; los grupos armados que cometen crímenes de guerra y controlan territorios; los gobiernos que reprimen el pensar y el opinar como los casos de represión hacia activistas y sindicalistas en Angola, los dos millones de funcionarios que en China se dedican a controlar internet, la despiadada campaña contra opositores en Egipto, el caso de los reyes de la vigilancia de las comunicaciones que son los EEUU y el Reino Unido,  y la excepcionalidad en los derechos individuales en Francia que afecta a muchas personas pero dando resultados muy pobres. Respecto a España propuso repensar las leyes antiterroristas para primar los Derechos Humanos y eliminar la “ley Mordaza”. De cara a dar salida a los retrocesos en materia de derechos propuso: que los gobiernos acaten ciertas reglas insoslayables, especialmente gobiernos de gran influencia mundial o regional como Francia, EEUU o India; y convencer a la opinión pública de que se puede luchar contra el terrorismo para proteger a los ciudadanos, pero respetando los Derechos Humanos, resarciendo a las víctimas y de que hay que ser conscientes de que “lo que le pasa a otros me puede pasar a mí”.

martes, 8 de marzo de 2016

Concentración ante la embajada de Honduras. Y tú, ¿qué dices?


Tras el asesinato de Berta Cáceres, mujer luchadora por los derechos humanos y por la defensa del entorno natural, premiada internacionalmente por su activismo, nos concentramos algo más de cien personas ante la embajada de Honduras en Madrid el pasado 4 de marzo. Durante el acto se gritaron consignas exigiendo justicia y animando a  <<seguir la lucha>>. Ciudadanos hondureños residentes en España y un defensor de derechos humanos español, llegado recientemente  de aquel país, hicieron uso de la palabra para señalar los aspectos más importantes de la trayectoria y los logros de Berta Cáceres, a la que conocían personalmente. También pusieron de manifiesto la extrema violencia, la gran cantidad de asesinatos y la impunidad existente en Honduras, responsabilizando a los gobernantes por su permisividad.

Estas son algunas imágenes de la concentración.





viernes, 12 de diciembre de 2014

Manning, Alexa O'Brien, Amnistía Internacional

Chelsea Manning cumple condena de 35 años de prisión por facilitar la publicación en Wikileaks de material clasificado secreto por el gobierno de Estados Unidos. En esos documentos se revelaban posibles violaciones de los derechos humanos.

Amnistía Internacional organizó, el día 10 de diciembre, en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid,  un acto con la presencia de la periodista norteamericana Alexa O’Brien para recordar y actualizar la situación en la que se encuentra Manning.
 O’Brien recordó que el Relator Especial de la ONU sobre la Tortura calificó las condiciones en las que el encarcelado Manning estuvo a la espera de juicio como crueles e inhumanas. El tribunal militar que lo juzgó, señaló la periodista, se negó a tener en cuenta esas condiciones porque ese organismo de la Naciones Unidas no podía controlar el sistema jurídico norteamericano.  Solo admitieron descontar ciento diez días de los 35 años a los que fue condenado, aunque estuvo once meses a la espera de juicio.

Sobre la actuación de los Estados Unidos en Irak, la periodista norteamericana recordó que Amnistía Internacional y Naciones Unidas instaron la investigación referente a las entregas de prisioneros a las tropas iraquíes por parte de los estadounidenses y puso como ejemplo que el diario The Guardian publicó un informe sobre la falta de investigación de cientos de torturas sistemáticas por la policía de Irak.

Volviendo a Manning,  Alexa O’Brien aportó el siguiente dato: 200.000 cables calificados como secretos filtrados por él, ya eran conocidos por  500.000 personas (militares y contratistas). Entre los cables divulgados había uno sobre el homicidio de un agricultor y su familia: previamente esposados y mostrando disparos en la cabeza. Un alto cargo norteamericano afirmó que las informaciones eran falsas.
Señaló también la periodista que la condena de Manning es una campaña de Obama para mostrar ejemplaridad con el fin de evitar más filtraciones y denuncias sobre violaciones de derechos humanos en Irak, utilizando una ley contra el espionaje que data de los primeros años del siglo XX. También indicó la falta, en el juicio, de un estudio sobre el alcance del daño provocado por la filtración de los documentos; medios de prensa norteamericanos pudieron obtener después un estudio del departamento de Defensa en donde se calificaba el riesgo de producir daños como bajo o medio. Esto no se tuvo en cuenta en la condena. O’ Brien afirmó que no hay rendición de cuentas en los países en los que intervienen los Estados Unidos; las personas, individualmente, pueden tener imperativos morales o éticos, los estados no.

Del turno de preguntas a la periodista destaco las siguientes:

P. ¿Cómo vive la sociedad norteamericana este caso?
R. El juicio reflejó el estado de la sociedad en Estados Unidos. Poco interés, asistieron muy pocos periodistas y abogados.

P. ¿Ha tenido Vd. algún problema por implicarse en este caso?
R.  A pesar de estar acreditada en el juicio me sentía amenazada y vigilada. Los compañeros periodistas me decían que me querían echar porque estaba haciendo una transcripción “demasiado buena”. La presencia de otros compañeros evitó mi detención.

P. ¿Ha sufrido Manning burlas por ser una persona  transgénero?
R. Antes de su detención se le diagnosticó dismorfia de género, pero le recomendaron mantenerlo en secreto. El trato que ha recibido está influido por prejuicios y le han negado tratamiento psicológico y médico.

P. ¿Cómo está de ánimo?
R. No tengo contacto directo con él, pero sus abogados dicen que tiene el ánimo suficiente para  escribir artículos en defensa de las personas transgénero.

P. ¿Cómo se le está ayudando?
R. En la actualidad no recibe tratamiento. Al encontrarse en  una prisión militar no tiene los mismos derechos que en otro tipo de cárcel federal. En estas últimas se tiene derecho a tratamiento de dismorfia de género;  varias sentencias judiciales corroboran que en las prisiones estas personas tienen derecho a vivir como transgénero.

P. ¿Cómo se puede producir algo así en los Estados Unidos?
R. Ningún país es excepción. Suele suceder que los que más se jactan de respetar los derechos humanos cometen este tipo de actos.

P. ¿Cuál fue el detonante para que Chelsea Manning filtrara la información?
R. Se le obligó a encontrar pruebas  contra unos iraquíes que trabajaban en una imprenta. Al revisar los artículos comprobó que se trataba de disidentes del gobierno de Irak. Se le ordenó que encontrase más pruebas. Si no hacía nada, los disidentes serían entregados a las autoridades. Ese fue el detonante.