Nos
encontramos hoy en la plaza de Callao y tenemos ante los micrófonos de
Aldeabitácora a una mujer que nos ha salido al paso para contestar a nuestras
preguntas.
Pregunta. ¿Cuál es su nombre?
Respuesta. Me llamo Raquel.
P. ¿A qué se dedica, Raquel?
R. Soy taxista. Hoy libro y estoy por aquí para hacer
unas compras.
P. ¿Su edad?
R. Cuarenta.
P. Entremos en materia. ¿Qué le dice el nombre de Rock
Hudson?
R. Pues un actor americano.
P. ¿Sabe cómo murió?
R. Sí. Creo que murió de sida.
P. ¿Qué le parece que en un púlpito se acordaran de él,
hace poco, para burlarse de su matrimonio y decir que por las noches salía a
buscar presas?
R. ¡Pero si de eso hará un montón de años! Pues una
falta de respeto. Además, lo de buscar presas, no sé, es juzgar a las personas.
No suena bien.
P. Le voy a plantear a usted otra situación, a ver qué
le parece.
R. ¿Del mismo púlpito? ¿En qué iglesia está?
P. Ja, ja. Lo del púlpito es en sentido figurado.
R. Vale. Dígame.
P. Imagínese una tertulia de estas, humorísticas. Y el
que dirige el cotarro dice que si saben que tiene un blog de cocina, con
recetas y tal. Les pregunta a los demás que si saben cómo se llama el blog.
Naturalmente, le contestan a coro que no. Entonces él dice muy jocosamente:
¡maricoooón!
R. Pues no le veo la gracia. Seguro que ha sido en la
telebasura.
P. No exactamente. ¿Sabe como reaccionaron los que
escuchaban? Se lo voy a enseñar. Mire:
R. Y todo lo que me ha contado, ¿es verdad?
P. Se lo prometo.
R. Pues no es para felicitarles.
P. Desde luego que no. Si no le importa, vamos a
preguntar a aquel joven que viene por allí. Muchas gracias, Raquel.
R. De nada. Adiós y suerte con la entrevista.
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